Parece ‘de cajón’, pero seguro que te ha pasado más de una vez. Para prevenir al más despistado, hacemos una recopilación de lo que nunca deberías meter en este electrodoméstico.

La lavadora es ese electrodoméstico imprescindible de la vida cotidiana que consigue que nuestras prendas de vestir, toallas y demás enseres queden frescos y relucientes. Un error muy común es no tener en cuenta que hay ciertos objetos que nunca deberías meter en ella, puesto que corren el riesgo de deteriorarse o bien estropear la lavadora o afectar directamente a lavado de tus ropas.

Con el objetivo de prevenir a más de un despistado, hoy hacemos una recopilación de todos aquellos objetos y cosas que nunca deberías meter en el programa de lavado y que seguramente se te hayan escapado más de una vez. La revista ‘Reader’s Digest’ ha reunido unos cuantos que pasaremos a mencionar a continuación.

Monedas o dinero

La más común. Seguramente se te haya escapado revisar los bolsillos de los pantalones en más de una ocasión. Aunque el dinero en efectivo está en retroceso, es muy probable que más de una moneda acabe en la lavadora, siendo muy perjudicial para el electrodoméstico. «Las monedas pueden dañar las aletas de la bomba de drenaje si pasan el filtro», asegura James Peters, un gerente de productos de lavandería.

«Vaciar los bolsillos completamente antes de meter nuestras prendas es la única solución que hay». Todas esas monedas podrían atascar el tubo de drenaje y bloquearlo haciendo que el agua no salga. Incluso, si la lavadora es vieja, podrían romper el vidrio del cristal protector. O peor aún, dañar el tambor y perforar el tanque exterior, lo que haría que tuvieras que invertir en una nueva, aunque esto es poco frecuente.

Lencería

Los ganchos y alambres presentes en los sujetadores podrían adherirse a otras prendas en el proceso de lavado, lo que podría provocar roturas en la tela. Esto puede llegar a ser bastante común en los sujetadores con aros. Del mismo modo, podrían engancharse en otras partes de la lavadora, lo que podría terminar dañando el interior de la máquina. Lo mejor para evitar sustos es lavar esta clase de prendas a mano.

Las llaves

Al igual que las monedas, estos compuestos de metal pueden dañar la superficie del tambor de nuestra lavadora si nos olvidamos de retirarlas antes de ponerla en funcionamiento. De nuevo, la mejor solución para estos casos es cerciorarte que has vaciado los bolsillos correctamente para así no lamentar pérdidas.

Pelos de mascotas

Si tienes gato o perro seguro que te has encontrado en más de una ocasión con toda la ropa que has metido en la lavadora repleta de pelos. No te gustaría saber que ese no es el mayor de tus problemas si no sacudes las prendas antes de meterla en el tambor: todo ese cabello animal puede acumularse en el filtro de la lavadora, lo que puede acabar obstruyendo las bombas de drenaje o adherirse a los lados del cilindro, haciendo que los pelos estén presentes en todas las prendas que metas justo después.

Ropa impermeable

El más curioso de todos los efectos. Si tienes un chubasquero impermeable pensado para no dejar que pase el agua y lo metes a la lavadora, intenta usar el sentido común para saber qué pasará a continuación. «Lavar un impermeable o una mera funda de colchón puede crear una condición en la que el material atrapa el agua como un globo», asegura la compañía de lavadoras Adkisson. «Entonces, si este ‘globo’ se rompe repentinamente durante el ciclo de centrifugado, envía toda esa masa de agua al resto de espacios de la lavadora creando un problema de desequilibrio severo». Lo peor que te puede pasar en este caso es que tu lavadora estalle, ya que la prenda ha almacenado tanto agua durante el ciclo de lavado que desborda el tambor.

Demasiada ropa

Si metes muchas prendas en la lavadora, corres el riesgo de que estas no se laven correctamente. Por tanto, intenta mantenerte al día en tus deberes domésticos para que esa montaña de ropa no sea demasiado grande. La lavadora, en este caso, es como un estómago que hace la digestión (si se permite la metáfora), por lo que si lo llenas demasiado las consecuencias suelen ser muy negativas. Sobre todo porque el electrodoméstico corre el riesgo de ‘enfermar’. y por ello tener que acudir al servicio técnico o bien comprar uno nuevo.