Al inicio de la pandemia nadie se imaginó que estaríamos casi cerrando el 2020 todavía con un alto número de contagios y muertes en el mundo. Por esta razón y ante la posibilidad de que una nueva ola de contagios afecte de nuevo, sobre a todo países que ya vivieron los estragos del Covid-19, como Italia, las autoridades tomaron la decisión de suspender todos los festejos navideños con un toque de queda para que todos permanezcan en casa.

Italia ya está en un toque de queda nacional, con el que se restringe la movilidad de los ciudadanos a partir de las 22:00 horas. De acuerdo a Francesco Boccia, ministro de Asuntos Regionales en ese país, esta norma también aplicará para la Nochebuena y el Año Nuevo, así que no se permitirán eventos masivos y solo habrá celebraciones en casa, sin excepciones. Quienes no acaten las medidas serán sancionados.

Creo que nadie quiere una tercera ola de contagios, y para evitarla hay que seguir con rigor y distanciamiento social. Es difícil que se dé un relajamiento de las normas.

-Francesco Boccia

Sin embargo, las autoridades dicen que es una medida complicada, pues es difícil que en esta temporada las personas respeten el distanciamiento social, por lo que no hay más remedio que endurecer las medidas preventivas, incluso delimitar o prohibir la movilidad entre las diferentes regiones, lo que ocasionará que muchos se queden sin poder pasar las fiestas con sus familias.

A finales de diciembre es probable que la mayoría de las regiones se encuentren en la zona amarilla y en ese momento las reuniones navideñas con casos positivos en la mesa bastarían para volver a vivir una masacre.

-Pierpaolo Sileri, viceministro de Sanidad

Para quienes se decidan reunir en la cena de Navidad, probablemente se permitirá un máximo de seis personas por hogar, aunque todavía no se define, y si tienen necesidad de trasladarse, tendrán que hacerlo antes de las 22:00 horas. Además, bares, restaurantes, así como otros sectores continuarán cerrados, pues el viceministro aseguró que no será antes de enero que se pueden plantear nuevas reaperturas, así como medidas más flexibles. Por lo pronto, a celebrar la Navidad y el Año Nuevo en casa y sin invitados.